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Valentina Muñoz fue reconocida por su lucha contra la brecha digital y Bruno Prieto por sus numerosos aportes en la inclusión a la educación superior de personas no videntes. Ambos fueron postulados al premio Joven Líder por la profesora Cecilia Reyes.

De forma inédita en el concurso Jóvenes Líderes de Fundación Piensa, que se realiza desde el 2015, se invitó a instituciones y personas naturales a postular a quienes estuvieran generando impacto y produciendo cambios en diferentes áreas de la sociedad. 

En este contexto, la invitación llega al Departamento de Informática, y Cecilia Reyes, subdirectora de pregrado, no deja pasar la oportunidad de visibilizar el trabajo de dos estudiantes de pregrado que actualmente, y desde hace varios años, tienen dos frentes de lucha: la inclusión y la brecha digital.

Valentina Muñoz, por una parte, alumna de primer año, quien fue nombrada por la ONU el pasado 27 de septiembre como defensora de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), convirtiéndose en la defensora más joven en dicha nómina, a la cual pertenecen destacadas figuras internacionales. Además, destaca por ser una influencer, activista feminista juvenil y defensora de los derechos digitales y por ser la primera mujer programadora en convertirse en campeona internacional de robótica, y a sus 18 años tuvo la importante misión de ayudar a redactar la primera política de Inteligencia Artificial en Chile. Fue destacada por Ashoka en 2020 como una de las jóvenes más influyentes de Chile por Inspiratec y Globant Awards Women  that Buil Edition en 2021 y actualmente es presidenta de la Asociación Latinoamericana de Mujeres Jóvenes por las Ideas (AMUJI ONG).

"Es importante que se reconozca a las juventudes, ya que hay mucho adultocentrismo, ya que se piensa que nosotros estamos jugando mientras los adulto hacen cosas importantes. Yo tengo 19 años y me siguen tratando como adolescente y creo que es importante que existan modelos de gente que sí está haciendo cosas bacanes para cambiar el mundo antes de tener un título universitario o 10 años de experiencia, porque las causas sociales nos involucran a todos", cuenta Valentina Muñoz, quien además enfatiza la importancia del equipo y la necesidad de que también se pueda reconocer a organizaciones y no sólo a quien es la cara visible de una iniciativa.

Bruno Prieto por otra parte, alumno de cuarto año, se ha convertido en un ejemplo al ser la primera persona no vidente en ingresar a estudiar Ingeniería en la Casa Central de la Universidad Técnica Santa María, a través del ingreso regular vía PSU el año 2018. Entre sus logros destaca crear un conjunto de recomendaciones de accesibilidad que han permitido al Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional, mejorar la prueba de admisión y proyecta ser un emprendedor digital a través de la creación de aplicaciones que acerquen la educación a quiénes tienen la barrera de una discapacidad.

"El reconocimiento no lo tenía en mis planes, no sabía que existía, y agradezco mucho la postulación del Departamento y por todo su apoyo. Estoy desarrollando un software que permite que los archivos con los que se generan los PDF puedan ser leído por personas ciegas, ya que actualmente los documentos de matemática o con hartas fórmulas no se reconocen por los lectores de pantalla, entonces no se puede estudiar bien alguna carrera científica", dijo Bruno.

De esta manera, Bruno y Valentina, se suman a una red de jóvenes compuesta por más de 100 líderes, con biografías tan potentes como las suyas y con un eje en común: las ganas de cambiar el modo de hacer las cosas, generando impacto, influyendo y mejorando la vida de otros, aspectos que la Fundación Piensa busca valorar en cada versión.