Para poder simular un objeto mediante un computador, es necesario
contar con una función capaz de describirlo. Cuando la
geometría de éste es compleja, generalmente es imposible
encontrar dicha función y por lo tanto es necesario aproximarla
a través de geometrías más simples como hexaedros,
prismas, pirámides, tetraedros o un grupo de estos. Esta
aproximación mediante elementos recibe el nombre de malla.
Una malla puede ser utilizada para visualización o simulación.
En el primer caso, los nodos internos no son necesarios y por ello se
utilizan sólo mallas de superficie, es decir, mallas que generalmente
están formadas por triángulos o "paralelogramos" (se puede
entender como caras cuadradas que a veces se deforman). Cada cara es capaz
de representar diferentes propiedades visuales como color, textura y
transparencia. La mayor aplicación de mallas de superficie se
encuentra en el área del entretenimiento como la animación
y los juegos de videos.
En el caso de una malla volumétrica (donde los elementos invisibles
de la malla son utilizados) la mayor aplicación es la simulación
de ecuaciones físicas para análisis estructural, deformaciones,
fracturas, el efecto del calor, entre otras. En estos casos la "fuerza"
será evaluada en los nodos de los elementos y el resultado final de la
simulación será la suma de todos los efectos locales causado
en cada nodo. Este tipo de simulaciones se describe mediante un conjunto
de Ecuaciones Diferenciales Parciales (EDPs) y su solución es obtenida
mediante un método numérico como: Elementos Finitos,
Volúmenes Finitos o Diferencias finitas.
Dos variables pueden ser ajustadas para simular los distintos tipos de material: la
tensión y la rigidez. Estas propiedades pueden diferir de un elemento
a otro causando distintos compartamientos y por ende, la simulación de un
objeto.